Hubo un momento en el que todo el mundo quería hacer Kung Fu. Bruce Lee golpeaba al aire –y a quien se pusiera por delante- demostrando sus habilidades delante de la pantalla. Vestido como un rayo amarillo, fascinó a generaciones enteras con sus películas.
Las artes marciales se pusieron de moda y hoy en día, con el auge del MMA, lo siguen estando. Pero hay un sinfín de ellas, y si no se tiene experiencia previa, puede ser un caos aventurarse a probar alguna. Un buen método puede ser elegir en función de los objetivos que se busquen. Ahí va una lista con cuatro propuestas:
Defensa Personal
En un capítulo de la icónica serie Los Simpson una niña utiliza el Krav Magá para deshacerse del intranquilo Bart Simpson. E hizo bien, es un arte marcial israelí utilizado por las fuerzas de defensa israelíes. Se diferencia de otras disciplinas por utilizar los codos y rodillas como armas, además de estar permitidos los mordiscos, cabezazos y puñetazos. Las técnicas de defensa están enfocadas en eludir cualquier ataque, desde una agresión entre varias personas hasta una con arma blanca.
Filosofía y cultura
Otro de los grandes motivos por el que son interesantes las artes marciales es su filosofía y trasfondo cultural. El taekwondo es, con diferencia, la que más se practica en el mundo. Se basa en cinco principios: espíritu indomable, cortesía, integridad, autocontrol y perseverancia. El taekwondo proviene de Corea, así que es una excelente forma de aprender sobre la cultura del país asiático.
Ponerse en forma
El Kung Fu sacará lo mejor de ti. Es una actividad completa que ejercita todos los músculos del cuerpo. No se centra en la parte superior o inferior del cuerpo sino que ejercita ambas para conseguir el equilibrio físico. Para bajar de peso, el Kung Fu es una de las mejores opciones. Su intensidad es tal que después de una clase lo mejor es irse a la cama. Pero no hay que asustarse, hay entrenamientos para todos los niveles.
Descargar adrenalina
En la década de los 70, un grupo de karatekas cansados de las normas estrictas de las clases de kárate, decidieron saltárselas e inventar un nuevo deporte: el kickboxing. Lo que busca es que haya un contacto más completo con el adversario y con mayor libertad de golpes, aunque sigue habiendo excepciones. No se pueden utilizar ni los codos ni las rodillas. Más que un arte marcial, es un deporte de combate ideal para los que quieran sentir la adrenalina de subirse a un ring.