Si eres de los que ha visto la bestial –por lo impactante de sus imágenes- película 300, te sonará esta historia. En tiempos de la antigua Grecia se vivió uno de los combates más cruentos de la humanidad: la batalla de las Termópilas. En ella luchaban los atenienses y espartanos contra las tropas persas del rey invasor Jerjes.
Cuentan las crónicas de Heródoto que un espía del Imperio Persa vio a los soldados espartanos entrenando la fuerza muscular con ejercicios de calistenia. Dejando en el aire la veracidad de esta leyenda, la palabra está compuesta por las palabras griegas kallos y sthenos, belleza y fortaleza.
Y tiene todo el sentido del mundo. Los asiduos a esta disciplina suelen tener una bonita figura atlética con músculos bien definidos. Es así porque el entrenamiento calistenia activa varios grupos musculares en lugar de centrarse en unos pocos. La idea es ganar agilidad, fortaleza y flexibilidad de manera general para, entre otras cosas, corregir la postura y alcanzar un buen tono muscular.
Se lleva practicando desde tiempo inmemorables. Pero últimamente se ha puesto de moda por varias razones: apenas se necesita equipamiento deportivo y se puede practicar en casa o al aire libre. No en vano, han proliferado parques con barras de calistenia en las grandes urbes y son muchos los que se han enganchado a este deporte.
La mayoría de ejercicios no utilizan peso añadido alguno, como sí se hace en el gimnasio, sino que utilizan el propio cuerpo como resistencia. Las dominadas, los famosos burpees, las planchas o las flexiones son ejercicios de calistenia. A nadie se le escapa que son exigentes y una crema efecto calor puede ayudar al cuerpo a ponerse a tono antes.
El representante actual más famoso es Frank Medrano. Es el gurú de la calistenia. Internet está lleno de vídeos suyos haciendo rutinas para principiantes y otros en los que se luce y deja con la boca abierta a cualquiera. Viéndole hacer dominadas, casi parece que la gravedad no existe. Su control sobre el cuerpo es excepcional y es el resultado de años y años de duro entrenamiento. Si vas a empezar a practicar calistenia en casa, cuelga un poster suyo en alguna pared.
Otro ejemplo tan conocido o más que Medrano es el de los monjes Shaolin. Conciben el entrenamiento como el fortalecimiento del cuerpo y la mente, la base del desarrollo holístico. Para ellos, muchas veces es la cabeza quien dice que no se puede y limita al cuerpo. Su manera de superar eso es meditar durante largo rato en posturas imposibles. Ya sabes.