En los convulsos años 60 de la Guerra Fría y la música de The Rolling Stones, un grupo de atletas comenzó a medir su fuerza física levantando peso en los gimnasios estadounidenses. Y no de cualquier manera, sino mediante tres habilidades diferentes: la sentadilla, el press de banca y el peso muerto. Así nació el powerlifting, el deporte de fuerza más completo.
En la halterofilia, la técnica y la flexibilidad son tan necesarias como la fuerza para ejecutar los movimientos, pero en el powerlifting estas dos cualidades pasan a un segundo plano. Los gestos técnicos son de menor recorrido y se utiliza la fuerza máxima para su ejecución. Lo que de verdad hace falta es potencia. Por esto mismo, quienes lo practican tienen una figura en forma de X, portentosa y musculada de pies a cabeza.
El secreto está en las tres técnicas que desarrolla. Cualquiera que haya ido al gimnasio, aunque solo haya sido para decir que está apuntado, habrá visto cómo la sentadilla, el press de banca y el peso muerto forman parte de las rutinas de fuerza con normalidad. Son movimientos esenciales que se usan en cualquier deporte para fortalecer y tonificar la musculatura de manera general. Incluso los ciclistas o los jugadores de baloncesto los hacen. La mejor opción para practicarlo con seguridad es dejarse llevar por entrenadores expertos en la materia.
En las competiciones de powerlifting –como no podría ser de otra forma- el vencedor es el que consigue alzar más peso. Cada participante tiene tres intentos y en caso de empate, el de menor masa corporal es el ganador. A pesar de que no es deporte olímpico, está reconocido por el Comité Olímpico Internacional. No es, ni mucho menos, una actividad amateur. Está regulado a nivel mundial por la Federación Internacional de Potencia (FPI) y respaldado a nivel estatal por la Asociación Española de Powerlifting.
Más allá de la competencia, es un deporte ideal para los que quieren mejorar su forma física y aumentar la masa muscular. El entrenamiento powerlifting incluye el trío de técnicas esenciales y ejercicios complementarios que refuerzan otros músculos. Para no caer en lesiones musculares, hay que pautar correctamente el aumento de peso, que debe ser progresivo y adecuado para cada persona.